Cada vez que llegan las elecciones generales en Honduras, de los 11,005.850 de habitantes, según el censo de agosto 2025, seis millones quinientos veintidós mil quinientos setenta y siete (6,522,577) personas están citados a las urnas y habilitadas para ejercer su derecho al sufragio, tanto dentro del país, como en el exterior. El deber ciudadano de votar es fundamental para mantener la democracia ya que garantiza que los ciudadanos puedan elegir a sus representantes, influir en las políticas y responsabilizar a los gobernantes. Al votar, se fortalece el marco democrático al dar voz a la ciudadanía para decidir el rumbo del país, promover cambios sociales y legitimar a las instituciones a través de la participación popular. Las elecciones permiten apoyar a candidatos con valores afines, influyendo así en las leyes y reglamentos que afectan a áreas como la libertad religiosa, la propiedad privada, las oportunidades de empleo, el abastecimiento de medicamentos en el área de salud, la educación y el bienestar social.
Un mayor número de votantes incrementa la legitimidad de los resultados y de las instituciones democráticas impulsando cambios hacia la igualdad, los derechos civiles y la justicia social, fomentando el empoderamiento y la participación ciudadana, reforzando el sistema democrático y haciendo que la ciudadanía se sienta parte del futuro de su comunidad, impulsando la participación y compromiso de todos. No podemos dar por hecho la democracia, el derecho a votar garantiza que tenemos voz y que nuestras voces se escuchan; mediante nuestra participación podemos incidir en la vida de la nación y ésta inicia acudiendo a emitir un voto informado, conscientes del valor que éste tiene, mientras más seamos los votantes este 30 de noviembre, mayor legitimidad tendrá el resultado y más posibilidades tendremos de hacer oír nuestra voz.
De tal modo que no dude en levantarse con ánimo y esperanza a elegir al nuevo Presidente de la Republica de entre 5 candidatos, a 128 diputados para el Congreso Nacional, 20 diputados al Parlamento Centroamericano, 298 alcaldes y 2092 regidores y como católico antes de salir a depositar su voto no olvide orar por Honduras, en este tiempo crucial al Dios de la historia y de la vida para que vea con bondad a nuestro país que anhela paz; esa verdadera paz que nace de la justicia. Rogándole que nos dé un corazón como el de Jesús, para reconocernos como hermanos, más allá de las diferencias políticas, económicas, sociales, étnicas o de cualquier tipo, porque es más grande lo que nos une que lo que nos separa y que cada uno asumamos la responsabilidad de fomentar la unidad y fraternidad en nuestra comunidad, siendo custodios de esperanza para caminar de manera segura hacia una Honduras, en la que Jesucristo reine con su paz y su bondad.
No tenga dudas que todo gobierno y toda autoridad esta impuesta por Dios siempre con un propósito y nuestro voto contribuye a consolidar ese propósito. Por eso, al momento de votar debemos procurar elegir aquellos candidatos que nos ayuden a eliminar la corrupción, la violencia y la indiferencia para que finalmente los hondureños logremos que en nuestra tierra florezca la concordia, el amor, la unidad y el servicio.
